Hace dos años mientras estudiaba el sistema nervioso descubrí un nervio maravilloso el "nervio olfatorio" que conectaba el bulbo olfatorio (un órgano que reside en la nariz y traduce las señales químicas o aromas) con nuestro cerebro.
Es el par craneal número uno y ¡EL NERVIO MÁS CORTO!. Como amante de los perfumes me puse a investigar más y encontré que el sentido del olfato es nuestro sentido más primitivo, el primero que nos permitió sobrevivir en la evolución. Nos permite reconocer peligros, favorece la elección de pareja y mi parte favorita: ES EL ÚNICO CONECTADO CON LAS EMOCIONES Y LOS RECUERDOS.
Este año, aprendiendo sobre emociones encontré la publicación de Daniel Goleman en su obra Inteligencia Emocional y su análisis fue el siguiente: Comúnmente asociamos que el razonamiento y la emoción van por caminos separados: “para pensar mejor no debemos dejarnos afectar por nuestras emociones”. Pero, “El funcionamiento de la amígdala y su interrelación con el neocórtex constituye el núcleo mismo de la inteligencia emocional” por dicho motivo no hay razonamiento sin emoción.
Y fue ahí que mi mente exploto, recuerdo la emoción que recorría mi cuerpo y como las ideas empezaban a llegar. Claro, ahí comprendí porque al sentir el olor de los habanos mi mente se relaja y puede sentirse de fiesta, como el olor de los hospitales me pone nerviosa y deseo salir corriendo (sí, a pesar de estudiar medicina) o el olor de los caldos me pone nostálgica y como entendiendo esto podía mejorar mi razonamiento. Conocer como funcionamos nos da la libertad de ser dueños de nuestras decisiones y acciones.
Entonces retome el tema que viene en boga estos años: LA AROMATERAPIA, que es la técnica en la cual se utilizan los aceites y los aromas para encontrar el bienestar físico y mental. ¡EUREKA! la razón por la cuál debemos darle importancia a los olores que nos rodean, porque tienen el poder de hacernos sentir bien o mal y en base a como nos sentimos, nuestras decisiones son mejores o peores.
Y ahí entendí como en mis manos tenia la alquimia para transformar la vida de las personas. Estudié las propiedades de cada nota olfativa y como afectaban a nuestra mente, me animé a blendearlas, o sencillamente, mezclarlas para crear aromas nuevos con significado. Sin querer queriendo, perfeccioné mi técnica y ahora puedo ayudar a sanar, cambiar emociones o mejorar situaciones con un simple aroma en tu hogar. Todo esto sin perder la naturaleza creativa que me brinda la inspiración constante de nuestras colecciones.
La próxima vez que dudes del poder de un aroma, recuerda las emociones que te genera el perfume que odias.
Y para finalizar, el motivo para que no escatimes en la fragancia de tu hogar es la búsqueda incansable de bienestar e impronta que te atraviesa como ser humano.